Triste payaso descarado, dices que eres sinónimo de alegría, y aparentas ser feliz en tu exterior, pero por dentro, un mar de llanto descontrola tus neuronas, y la canción alegre que entonas, deja ver tu corazón… Triste payaso abandonado, relativo como el tiempo, como el fin de un pensamiento, tan dependiente del amor…
No hace falta que de sus ojos pintados, salgan lágrimas del color de su delineador morado… No es posible escudarse en la sonrisa, pues su alma va pintada en su camisa… Pobre payaso enamorado, cual cachorro abandonado, va de fiesta en fiesta, haciendo trucos y promesas, con el deseo de que... en alguna reunión de esas, esté esa payasa descarada, un tanto maldita, pero amada, que destrozó su corazón de goma… Desde su alma englobada implora, olvidar, a esa señora.
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